El vestuario refleja la vida de los personajes en un pequeño pueblo, destacando la naturaleza humilde y cálida de su entorno.

Se centra principalmente en la estación de tren, un lugar simbólico que destaca la profunda conexión emocional entre Hachiko y su dueño.

Maquillaje natural y minimalista, reflejando la sencillez y el enfoque realista de los personajes en las escenas.

La utilería en general jugo un papel fundamental para establecer el contexto emocional de los personajes en la película.

Iluminación suave y cálida, con paisajes serenos que resaltan el paso del tiempo a través de las estaciones.

Se emplearon efectos especiales para los cambios climáticos, junto con la participación de perros entrenados.